Cómo mejorar el orden de tu cocina

Resulta poco probable que todos los miembros de la familia cocinen, pero más común es dejarla patas arriba; por ello, os vamos a proponer una serie de pautas muy sencillas, para que esto no ocurra; y es que este, es el lugar de la casa donde se produce más movimiento, por lo que mientras más tengamos las cosas a mano, mejor para todos.

Ganchos: Ayudarnos de este elemento para colgar utensilios, es una buena idea, para tenerlo todo a la vista; ya que los utilizaremos para colocar delantales, trapos de cocina, gorros, cucharas e incluso ollas y sartenes. Puedes colgarlos por toda la cocina o en un sitio concreto, todos juntos. Son muy utilizados en el frente de cocina para colgar algunos utensilios de uso mucho uso como cucharones, tijeras…

Almacenar: Guardaremos los utensilios más usados, en los cajones y estantes más accesibles, ya que muchos de ellos se usan de forma continua. Dejaremos los menos usados en los estantes más altos, y así veras cuan sencillo será encontrar las cosas cuando las necesites.

Agrupar: Según su uso; por ejemplo, todas las ollas por un lado con sus tapas; los cubiertos por otro, y así haremos con todos los utensilios, consiguiendo que todos estén en un mismo grupo; esto ayudará a que todos los miembros de la familia, de una forma intuitiva, sepan dónde irá cada cosa y nadie se librará de echar una mano.

Cajones: Con divisores de plástico, tendremos todo en orden; lo puedes comprar o hacerlos tú mismo, (esto te da la posibilidad de adaptarlo a tus necesidades) con recipientes plásticos o cortarlos a medida si nos decidimos por la madera.

Herrajes: Aunque pueden pasar desapercibidos cuando estamos pensando en ordenar una cocina, los herrajes pueden jugar una gran función, ya que nos pueden permitir acceder con facilidad a los rincones más complicados de la cocina, lo que facilitará que estos estén organizados.

Tecnología: La tecnología en el mundo de la cocina, especialmente de la mano de la domótica y los electrodomésticos pueden echarnos una mano en cuestiones de orden. Por ejemplo aplazando tareas que de otra forma se realizarían en “hora punta” como fregar platos, o programar el robot de cocina, etc.