Morteros para Paredes y Suelos: Distintas Mezclas

Existen diferentes mezclas para fabricar morteros. Aquí te explicamos la composición de los más habituales

En este blog he hablado a menudo de los revestimientos de cemento pulido, que comenzaron aplicándose sobre suelos y actualmente se han extendido incluso a las paredes. Aparte del microcemento (que constituye la solución más moderna y actual), existen otras mezclas que se han empleado durante siglos de forma tradicional para enfoscados de paredes y que todavía son válidas, especialmente en lo que respecta a acabados rústicos (por ejemplo, para casas de campo). Las mezclas más corrientes son tres: el mortero de cemento, el mortero de cal y el mortero bastardo, también llamado mixto.

Mortero de cemento: sus componentes son el cemento, la arena especial para construcción y el agua. Su resistencia es mucha y fragua rápidamente, pero como desventajas podemos destacar su poca flexibilidad, que hace que se agriete y se fisure con facilidad. Es muy común agregarle distintos aditivos para acelerar su fraguado, aumentar su impermeabilidad (aditivos hidrofugantes), etc. También es posible colorearlo con pigmentos.

Mortero de cal: su composición es cal, arena y agua más los posibles aditivos y pigmentos. Su gran plasticidad hace que no se agriete; además, es fácil de aplicar, pero su resistencia es menor que la del mortero de cemento.

Mortero bastardo o mixto: es una mezcla de ambas argamasas, ya que lleva cemento, cal, arena y agua. Lo bueno que tiene este mortero es que supone un compendio de las virtudes de los dos anteriores. Cuanto más cemento lleve, más resistente será; y si lleva más cal, será más flexible. Es posible colorearlo en masa con pigmentos.

El profesional encargado de aplicar los acabados a las paredes de nuestras viviendas nos aconsejará sobre la mejor elección, teniendo en cuenta aspectos como el soporte, las condiciones de secado, la decoración…