Malla de refuerzo: Qué es y Cómo Colocarla

La malla de refuerzo se emplea para aumentar la resistencia de los revestimientos frente a las tracciones y diferencias de tensión, con el fin de evitar fisuras y desprendimientos

La malla de refuerzo se emplea para aumentar la resistencia de los revestimientos frente a las tracciones y diferencias de tensión, con el fin de evitar fisuras y desprendimientos en los revestimientos de los muros. La malla de refuerzo debe colocarse en medio del revestimiento (a mitad del espesor).

Es posible aumentar la resistencia de los revestimientos exteriores mediante la colocación de una malla de refuerzo, para fortalecer la capacidad de soportar tensiones, evitando posibles fisuras debido a las diferentes tensiones a que está sometida una construcción.

Es recomendable el uso de una malla de refuerzo de fibra, en algunos puntos neurálgicos del edificio:

  • Cambios de sección en un muro o cerramiento.
  • Zonas expuestas a posibles tracciones y que están próximas a las juntas de dilatación.
  • Dinteles en huecos o aberturas.
  • Zona de encuentro entre pilares y cerramientos.
  • Áreas donde se regularizó con mortero la testa de los bloques.

La malla de refuerzo debe colocarse a mitad del espesor del revestimiento, equidistante del exterior y soporte del mismo.

Si se coloca demasiado cerca del soporte, no cumple su función de refuerzo. Si se coloca demasiado superficial, asomará entre el revestimiento.

Cómo colocar la malla de refuerzo

Se extiende el revestimiento con la llana y se nivela con una regla de aluminio, que le da un acabado plano y un espesor parejo. Para aplicar el revestimiento, es necesario colocar perfiles de aluminio (llamados maestras) para marcar las áreas de trabajo.

Los perfiles se sujetan a la fachada sobre una banda de mortero de 5-10cm de ancho y 1cm de espesor. Las maestras se colocarán con una separación mayor a 2.20m, en vertical, y de 7m en horizontal.

Se coloca una capa de 4-5mm de espesor de mortero monocapa y sobre ella la malla de refuerzo.

La malla de refuerzo debe sobrepasar la zona de trabajo en unos 20cm. Luego se aplica una capa de mortero de 15mm, para realizar el acabado del revestimiento. Paras revestimientos más gruesos, se procede en varias capas.

La función de la malla de refuerzo consiste en evitar las fisuras en aquellas zonas que están sometidas a tracciones, o las que experimentan diferencias de tensión, con el fin de evitar desprendimientos y resquebrajamientos.