Aclimatando la madera al entorno para poder trabajar

La madera necesita habituarse al ambiente donde estará colocada. Si viene desde otro lugar, su volumen no será el mismo, ya que las condiciones de humedad no serán las mismas.

Uno de los consejos que cualquier profesional de la madera o carpintero le dará cuando vaya a realizar cualquier trabajo con esta materia primar es que debe dejar que la madera se aclimate al lugar donde va a quedarse. Hay que tener en cuenta que madera está viva y que responde al entorno, especialmente a la temperatura y humedad.

Dejar que la madera se aclimate tiene su lógica si sabemos que está va a expandirse o contraerse, según el ambiente, y que es preferible que lo haga antes de que empecemos a trabajar con ella, ya que si esta altera su volumen justo después de la instalación el resultado en unos pocos días puede ser desastroso, por ejemplo que el parquet se levante.

Durante los meses más cálidos del año la madera se contrae y durante los meses más fríos y húmedos es cuando se expande. Sin embargo también hay que ser consciente de que esto no tiene por qué ser exactamente así ya que puede darse la situación que durante los meses más frios del año es cuando la calefacción este puesta durante muchas horas y lo mismo con el aire acondicionado durante el verano. Por ello se recomienda realizar instalaciones en los meses y las condiciones “más normales” posibles.

Para lugares en los que las variaciones, sobre todo en el nivel de humedad, son amplias es recomendable trabajar con un medidor de humedad de la madera que nos permita confirmar que la madera en el momento en el que vayamos a trababajar no presenta una gran diferencia respecto al lugar donde va a quedar instalada de forma que ya haya tenido tiempo de aclimatarse.

Para instalar carpintería de interior la mejor época es la del invierno. Durante la primavera y el otoño no tiene por qué ser malo, siempre y cuando las diferencia no sean excesiva, y la peor época es la del verano.