Preparación de la Madera para Pintar o Barnizar

La pintura sobre madera en obra tiene distintos requerimientos que la pintura decorativa, por estar sometida a diferentes condiciones ambientales y a otros usos

Cuando realizamos pintura sobre madera necesitamos algunos conocimientos básicos sobre los materiales con que trabajaremos y las condiciones de la aplicación en obra y las condiciones de uso.

La pintura en obra tiene requerimientos muy distintos de los que se presentan en la pintura decorativa, ya que las condiciones medioambientales son diferentes y los materiales empleados también. Este tipo de pintura se emplea para aberturas (puertas, ventanas, marcos), revestimientos, pavimentos, circulaciones (escaleras, ascensores, etc).

Tratamiento de la pintura y preparación de la madera

Cuando vamos a pintar maderas de obra, es importante conocer la calidad de las mismas. Las maderas duras, nobles y de veta bien dibujada permiten el empleo de barnices, proporcionando un acabado bello, pero las maderas blandas, de poca veta o deterioradas por el medioambiente, no reaccionan bien con los barnices y su aspecto es pobre. En este caso es conveniente recurrir a pinturas opacas.

Otro elemento a tener en cuenta es el estado de la madera. No es lo mismo una madera nueva que una repintada. En el primer caso, requerimos de un fondo o tapaporos, para que la madera no absorba tanta pintura, lo cual hace que necesitemos más pintura para cubrir las superficies y que el resultado sea desparejo. Si la madera ya tiene pintura, de acuerdo al estado de la misma tenemos varios procedimientos.

Para una pintura en buen estado, alcanza con lijar suavemente para mejorar el agarre de la nueva pintura. Para pinturas descascaradas, deberemos remover la misma por los diferentes procesos de remoción de pinturas, para luego poder aplicar la pintura nueva.

Cuando pintamos debemos tomar algunas consideraciones prácticas sencillas como que debemos comenzar por la parte superior, para evitar que la pintura escurra sobre las zonas ya pintadas, o que nos ensuciemos con la pintura que ya aplicamos.

Antes de pintar, debemos remover a fondo la pintura para homogeneizarla.

Cuando pintamos elementos expuestos al manoseo, roce, limpieza frecuente, intemperie, necesitamos aplicar más capas de pintura y con mayor cuidado al hacerlo.

La elección del color de las aberturas suele ser problemático, pues no deben desentonar con el resto de al fachada o con los ambientes donde se encuentran.

Las aberturas de exteriores son el principal problema, sobre todo las ventanas, ya que deben armonizar con el interior y con el exterior simultáneamente, y la transparencia representa un problema adicional, pues de elegir colores diferentes para interior y exterior, se verán ambos a la vez. En las puertas es menor el problema debido a que no vemos simultáneamente la parte interior y la exterior.

Las pinturas mate son más aptas para interiores, las pinturas brillantes se adaptan mejor al exterior por su lisura que las protege del agua y mantiene más sus colores.